"Si yo estuviera del otro lado, no del lado de la gente, no habría nadie que escuchara mis opiniones". Sócrates de Souza

martes, 2 de junio de 2015

Capitalismo

El nacimiento o desarrollo inicial del capitalismo puede ser ubicado históricamente en el momento en el cual los estados feudales empezaron a caer y las ciudades europeas comenzaron a estimular el recurso al comercio como principal actividad económica (a partir de los siglos XV y XVI). Esta situación permitió el surgimiento de un nuevo grupo social, la burguesía, que comenzó a basar su poder en su propio trabajo y en los márgenes de ganancias que éste le dejaba, en vez de en derechos divinos o ancestralmente establecidos como solía suceder con la nobleza o la realeza. Los historiadores y economistas dividen a la historia del capitalismo en tres grandes períodos o etapas: la del capitalismo mercantil (siglos XV a XVIII), la del capitalismo industrial (siglos XVIII y XIX) y la del capitalismo financiero (siglos XX y XXI).

El capitalismo es un sistema socioeconómico en el cual los medios de producción y distribución son de propiedad privada y con fines de lucro. Además, las decisiones relativas a la oferta, la demanda, el precio, la distribución y las inversiones no son tomadas por el gobierno. Los beneficios se distribuyen a los propietarios que invierten en empresas y a través de estas los salarios se pagan a los trabajadores.

El capitalismo es el sistema socioeconómico basado en el reconocimiento de los derechos individuales, donde toda propiedad es de carácter privado y el gobierno existe para prohibir el inicio de violencia humana. En una sociedad capitalista, el gobierno tiene tres órganos competentes: la policía, el ejército y los tribunales de justicia.


El capitalismo sólo puede funcionar cuando hay medios sociales y tecnológicos suficientes para asegurar el consumo y acumular capitales, por ejemplo, tiene que existir el empleador, quien posee los recursos y el capital y, busca la maximización del beneficio propio por medio de la acumulación y producción de los recursos; también los empleados, quienes venden su trabajo (el salario) a su empleador; y, por último, los consumidores, quienes buscan obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que quieren y necesitan en función a la calidad del producto o la cantidad de su precio. Cuando esto sucede, el sistema se ha mantenido e incluso aumenta la capacidad económica para producir riqueza.

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