La inteligencia emocional agrupa al conjunto de actividades psicológicas que premien apreciar y expresar de manera equilibrada nuestras propias emociones, entender las de los demás, y utilizar esa información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento.
La inteligencia racional se refiere a la capacidad o habilidad para aprender de la experiencia, adquirir rápidamente nuevos conocimientos, resolver problemas.
Muchas veces quienes tienen un alto nivel de inteligencia emocional no son capaces de relacionarse bien con los demás y manejar sus emociones, y son incapaces de relacionarse con sus equipos de trabajo. Mientras que a veces aquellos que tienen un bajo nivel de inteligencia racional suele tener de manera as desarrollada la inteligencia emocional y se les hace mas fácil relacionarse con los demás y maneja sus emociones.Vinculan mejor la emociones y entienden las emociones de los demás.
La inteligencia emocional esta dada a tomar las decisiones y analizar las situaciones desde las emociones, dejándose llevar y guiándose po lo que hace bien a los sentimientos y las emociones, mientras que la inteligencia racional se centra en la razón viendo todo de manera racional, sin darle espacio a las emociones.
La mente no selecciona
las emociones, los sentimientos surgen espontáneamente; sin embargo, la mente
racional puede controlar el curso de las emociones. Otra característica importante
de la mente emocional es la asociativa; es decir, toma elementos que simbolizan
una realidad y busca en su repertorio situaciones parecidas, de modo que las
cosas o situaciones no necesariamente tienen que estar definidas por su identidad
objetiva, lo que importa es la manera cómo son percibidas; pero en la mente racional
ocurre lo contrario, allí se establecen conexiones lógicas de causa-efecto.
Además, la mente emocional suele ser infantil, de modo que desarrolla un
pensamiento categórico y personalizado; este comportamiento infantil es
autoafirmador, dado que obvia los recuerdos o hechos que afecten sus
convicciones y se aferra a aquellos que las soporten. La mente emocional considera
sus convicciones como absolutamente ciertas y no toma en cuenta las evidencias
en su contra.
Otra diferencia importante entre la mente emocional y la racional, es que la
primera reacciona al presente como si fuera el pasado, si está frente a una situación
parecida a una ocurrida en el pasado, que estuvo acompañada de cierta carga
emocional. De este modo, cada sentimiento tiene su propio repertorio definido
de pensamiento, reacciones y recuerdos, los cuales permanecen activos en la
memoria emocional. Ante la necesidad de una respuesta rápida, la mente
emocional reorganiza esta memoria y selecciona las opciones para la acción. Esta
respuesta está representada por una serie de cambios que se ponen en marcha
en el organismo en situaciones análogas.
La mente emocional tiene su asiento en el Sistema Límbico, estructura ubicada
bajo los hemisferios cerebrales, por lo que desde el punto de vista evolutivo es
anterior al desarrollo de la corteza, zona donde radica la mente racional. El
Sistema Límbico no posee control sobre si mismo, de allí su especificidad de
respuesta rápida frente a una situación alarmante. Por ello, necesita una especie
de “Administrador” que le indique cómo y cuando actuar para dar sentido a la
situación emocional y modular la respuesta impulsiva. Este administrador racional se
encuentra en el lóbulo frontal de la corteza cerebral, ubicado justo detrás de la mente.
De lo anterior se evidencia que la respuesta emocional, conjuntamente con la respuesta racional, determinan las características de la personalidad y condicionan
la manera en que un individuo es percibido, su posibilidad de respuesta y adaptación
social, pero especialmente las emociones representan un elemento importante
para la vida del ser humano, tanto desde el punto de vista biológico como en lo
que respecta a sus relaciones con otros miembros de la sociedad.
En este sentido, Araya (2002) señala que “ambos aspectos del ser humano
(racionalidad y emoción) están íntimamente ligados e interactúan cada vez que se
genera una conducta.
Eminentes educadores modernos conceden más importancia a la inteligencia
emocional en detrimento de la meramente intelectual o racional, destacando que
para triunfar en la vida, no solo hay que poseer muchos conocimientos sino
que es indispensable tener capacidad para establecer relaciones positivas con los
demás, gozar de profunda autoestima, tener habilidades para superar las
dificultades, valorar a las personas, no amilanarse ante los fracasos; en síntesis
hay que desarrollar la afectividad hacia los otros y así mismo saber manejar las
propias emociones.
Lo básico es, que las personas aprendan a leer, a escribir y a realizar las operaciones
matemáticas básicas, sin preocuparse por si los niños y jóvenes adquieren o no
habilidades para enfrentar las vicisitudes de la vida, ni por las cada vez más
frecuentes y graves conductas disruptivas que entre ellos se observan, y que
constituyen manifestaciones de analfabetismo emocional. .
Hola pienso que hay una diferencia avismal entre la inteligencia emocional y racional pero por otra parte hay que aprender a usar las dos cosas para nuestro beneficio personal , saludos
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