¿Alguna
vez sentiremos placer al trabajar? ¿Trabajaremos por placer y no por dinero?
Son preguntas que dudo sean contestadas con objetividad, pues siempre habrá un
pero.
La
actividad artesanal se desvanece cada vez más debido al estilo de vida que el
ser humano ha forjado a través del tiempo, el desarrollo de nuevas tecnologías,
el surgimiento de la modernidad, el capitalismo, el consumismo y sistemas de
gobiernos desinteresados por el bien común,
son algunos factores que afectan al pensamiento artesanal.
Las
personas solían desempeñar ciertas actividades
porque les gustaba lo que hacían y por qué lo hacían, porque les
generaba satisfacción o crecimiento espiritual, no para ganar dinero, pero en
esta sociedad actual los seres humanos son cada vez más individuales y
preocupados por el qué dirán y en cómo
van a sobrevivir económicamente, sin pensar qué los hace realmente feliz. Esto
se debe a que se ha creado una sociedad superficial.
De
querer trabajar, lo ideal sería que fuera algo que nos guste, en algo que nos
podamos desarrollar como seres humanos, que alimente nuestro espíritu y
pensamiento. Esto parece ser una meta
difícil de alcanzar en la actualidad, no porque no existan estos
trabajos, sino porque tenemos necesidades que cubrir que se harán difíciles teniendo estos trabajos porque el sistema
económico, político y social no lo permite.
Aquélla
persona que decida no ser parte de la masa y tener un trabajo que le haga feliz
no será bien vista por la sociedad debido a que tendrá un trabajo que no es
prestigioso, no tendrá un gran puesto de trabajo. En la sociedad actual, es
raro ver a una persona que ame lo que haga sin importarle la recompensa
monetaria que esto implica, es tildado de raro o de persona que no piensa en el
futuro.
Hemos
perdido las ganas de alimentarnos espiritualmente, ahora nos da flojera pensar,
analizar las situaciones y ser seres pensantes o críticos. Solo actuamos en
función de las quejas, quejas que no sirven para nada, que son sinónimo de
estrés y desencanto por lo que se hace o por lo que está pasando, pero lo más
triste de todo es que no se hace nada para cambiar ese estado monótono de
desdicha, de incomprensión y estrés.
Según
el nuevo sistema actual, debemos ser parte de la monotonía del trabajo para
poder tener un “futuro asegurado”, y la mejor parte de todo esto es que no es
cierto, sí necesitamos dinero para cubrir ciertas necesidades básicas, pero no
es indispensable para poder vivir y ser seres felices.
“Pertenezco
al género de los escritores artesanos, aquellos que no sufren con el trabajo,
como se quejan algunos, pero que realizan su quehacer con ahínco, bulto a
bulto.”
Fred
Wander
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